19 Nov Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo: Hijos de la Luz, Hijos del Rey de la Paz que gobierna todo.

Pablo a los Colosenses: “Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados”. Pertenecemos al reino de la luz y del amor. Hemos sido sacados de la oscuridad y del odio. Gracias a Jesús hemos recibido la redención, hemos sido perdonados y hechos libres. El verbo griego “redomo” (del que viene “redención”) significa comprar a precio de sangre, comprar pagando con la vida. Eso fue lo que hizo Jesús por nosotros, por eso Él es nuestro redentor. Lo pagó todo, lo dio todo para que fuésemos libres.
Continúa Pablo: “Por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz”. De este modo, Jesucristo al que hoy llamamos y reconocemos como Rey nuestro, como aquel que rige y gobierna nuestras vidas, es el gran reconciliador. Él, que podía juzgar y condenar, decide ocupar nuestro lugar en el patíbulo, asumir nuestra culpa y librarnos de ella. ¿Te consideras una persona libre, feliz y reconciliada? ¿Eres consciente de este perdón inmerecido que Dios te regala? ¿Realmente Cristo reconciliador es quien rige tu vida, quien te ayuda a tomar las decisiones? Si esto fuera así, cada cristiano sería una persona de paz, de diálogo y entendimiento; agradable con todos e incapaz de alimentar ningún conflicto, ninguna contienda ni verbal ni física. ¿Te identificas con este Rey de la Paz? ¿Eres su “soldado”?
Tres veces se repite en el Evangelio de hoy el “sálvate a ti mismo”. Lo dicen los magistrados, lo dicen los soldados y los otros crucificados con Jesús. “Sálvate a ti mismo” es la lógica del mundo y del pecado. Es la lógica del egoísmo y de las sombras, de las que ya fuimos rescatados. Es triste porque sigue siendo la lógica de nuestra sociedad, muy preocupada por el éxito personal, por el dinero, por el estatus y alcanzar un puesto privilegiado mejor que el de otros, cueste lo que cueste y haya que pisar a quien haya que pisar. La lógica del odio (tan difundida hoy en redes) a inmigrantes, a homosexuales o transexuales, a palestinos o israelíes… a los “rojos” o a los “azules”, no es cristiana. Quien entra por la senda del odio, entra en la senda de la Oscuridad y del mal, de la que nos sacó Cristo Rey. Con lo cual sale de la lógica del Evangelio, sale del Reino de Dios y se aparta de los valores cristianos. No retrocedamos. No involucionemos. Recordemos a San Pablo, por favor: “Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados”. Vivamos como hombres y mujeres reconciliados consigo mismos, capaces de vivir la fraternidad, de solucionar los problemas con diálogo, con argumentos, con propuestas, de manera civilizada y cristiana. De manera pacífica. Somos hijos de un Dios de Paz y hermanos del Rey del Universo, que es Rey de Paz. Dejémosle reinar en nosotros, nos irá mejor.
Víctor Chacón, CSsR