29 Abr Misión Campo Criptana 1
≡ ACCIÓN DE GRACIAS FIN DE MISIÓN≡
por Santiago Carrasco García-Casarrubios
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«Ahora que la Misión propiamente dicha llega a su fin, la comunidad parroquial representada en todos sus grupos y colectivos y yo en su nombre quiere aprovechar este momento para expresaros su más infinita gratitud. Un agradecimiento porque vuestro estilo de predicación, vuestra entrega absoluta, vuestras energías casi inagotables y vuestro espíritu misionero han sido claves para que estos días algo se haya removido en nuestros corazones. Caer en la apatía o la rutina cristianas son dos peligros que la Iglesia no puede permitirse, y pese a ser una comunidad activa, Campo de Criptana adolecía de ese ardor misionero, de esas ganas de salir a la calle a llevar el testimonio de Cristo no sólo a los de dentro sino a los que estaban tibios en la fe o necesitaban ese empujón para descubrir que todos tienen cabida en esta gran familia.
Somos comunidad como bien nos habéis hecho ver, y durante estos días salir a la calle o venir al templo ha sido una experiencia gozosa. Las calles llenas de gente de todas las edades, charlando, jugando, riendo, compartiendo aquello que vivíamos en el templo o en las casas y que no era otra cosa que la Palabra de Dios o nuestras ideas acerca de ella o de temas importantes para nuestro crecimiento cristiano. Dar voz a quienes se escucha poco, sorprendernos día tras día con celebraciones que escapaban de lo normal, ilusionarnos con pequeños gestos y símbolos, en definitiva, transmitirnos la alegría del Evangelio de una forma diferente e innovadora ha hecho que en poco tiempo os hayáis convertido en pieza clave para muchos de nosotros.
Han sido jornadas de intensa actividad, de mucho movimiento, y sólo deseamos que ese espíritu que habéis insuflado en nuestros corazones esté presente durante mucho tiempo a fin de ir haciendo que nuestra comunidad siga estando viva y lleve un testimonio cercano y acorde a los tiempos a aquellos que más lo necesitan. Somos mensajeros de la Buena Nueva y gracias a vuestra labor hemos abierto los ojos y confiados nos hemos lanzado sin miedo a proclamarla. Como decía San Alfonso María de Ligorio “no hay gente débil y gente fuerte en lo espiritual, sino gente que no reza y gente que sí sabe rezar” por lo que tomemos en cuenta su legado y llevemos nuestra oración y nuestras energías a todos los lugares, a todas las personas.
Un gran vacío queda con vuestra marcha, pero estamos seguros que este no es un adiós sino un hasta pronto, ya que las puertas de esta comunidad parroquial en esta Tierra de Gigantes nunca podrán cerrarse a la sencillez y generosidad de unos misioneros redentoristas que de ahora en adelante ocuparán un lugar primordial en nuestras vidas. Porque como decía Santa Teresa de Jesús “hacen falta amigos fuerte de Dios”, nosotros podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que en vosotros tenemos los mejores ejemplos. Miguel, Domingo, Damián, Pablo, Juan Bautista, Arsenio, y Joaquín, muchas gracias por hacer que nos enamoremos de Jesucristo y así lo hayamos comprendido mucho mejor. Hasta pronto».