3er “Miércoles misionero”, 21 de abril de 2021

Xavier Morlans: “Intelectualizamos demasiado la fe y el primer anuncio debe sobre todo emocionar”.

Más de setenta personas llegaron a reunirse por Zoom este pasado miércoles para escuchar y pensar con Xavier Morlans cómo hacer hoy un buen primer anuncio de la fe. Recogemos algunas de las ideas fundamentales, aunque puede verse y oírse la charla completa que fue grabada, en el siguiente enlace:

Xavier nos hizo caer en la cuenta de que son acontecimientos -y no ideas – lo que nos hace encontrarnos. A la vez que nos recordó que para practicar el primer anuncio se necesita hacer una triple conversión: pastoral, misionera y mental. Necesitamos poner la fe en “modo redescubrimiento”, porque no se puede hacer desde la actitud de quien cree que ya lo sabe todo.

Mientras que lo que está de moda es el “acceso directo a dios” por un acto de consciencia, tipo gnosis o new Age. El Dios de Jesucristo escoge comunicarse de una manera humana. Más que por iluminación, Él escoge hacerlo por la encarnación, de un modo sacramental. Haciéndose presente en nuestra historia, en nuestro mundo. Éste es su modo de presentarse, a través de su Hijo. Jesús a su vez nos deja en la primitiva comunidad, germen de la Iglesia, su presencia sacramental. Y también de un modo esencial en su Palabra, sacramento de su mensaje. Es esencial que usemos buenas palabras para transmitir su Palabra, su presencia.

Es la Palabra -precedida por el testimonio – la que engendra y reaviva la fe. Y el sacramento la lleva a plenitud. Necesitamos aprender a decir una palabra que invite a la fe. No sólo una palabra crítica, razonada, eclesial, comprometida, etc. Sino una palabra testimonial y humilde que invite a creer al otro, que le lleve a un encuentro personal y libre con Dios. El problema es éste, ¡estamos mudos! No sabemos cómo hablar de Jesús con naturalidad, en nuestra vida cotidiana. Nadie se ha emborrachado analizando la fórmula química del vino. Sino probándolo. Y nosotros a veces pretendemos contagiar fe, ofreciendo conceptos teóricos sobre Dios y lo religioso, pero no animamos a hacer una experiencia.

Es verdad que muchos evangelizadores somos gente comprensiva, sabemos situarnos en una sociedad plural, somos personas dialogantes y de mediación, pero cuando llega el momento de hablar y ofrecer algo… ¡hacemos un discurso sobre los valores! ¡porque nos da vergüenza dar testimonio! En cambio, hay que ayudar a decir a la persona que se plantea la fe como posibilidad: “Jesús, si existes, haz que te conozca”. Se deben dar pasos de acercamiento a los demás con discernimiento, humildad, amor y desde la belleza, hay que enseñar a entrar en contacto con Jesús”. El anuncio no es una información ni una reflexión sino una llamada, un evento fortuito, que invita a entrar en un contacto libre con Jesús.

La pandemia nos ha hecho recuperar la necesidad del otro, el anhelo del otro. Y aquí el anuncio es fundamental y nos llama a un equilibrio continuo: entre arriesgar y exigir frutos; entre esperar y hablar; entre atrevimiento y silencio. Desde luego nos queda la convicción de que los laicos son  actores fundamentales, esenciales, de este alegre anuncio. Y de que nuestras comunidades cristianas han de formarse para acoger y acompañar a otros creyentes que inician en la fe.

Víctor Chacón, CSsR