El relato que ahora escribo, lleva durmiendo doce meses dentro de mi carpeta, de color azul desteñido. Y ahora es cuando despierta al ritmo lastimero de la quena y la zampoña, que suenan de fondo. Cierro los ojos y recuerdo al Perpetuo Socorro atravesada por...

  Acabo de llegar de de una ciudad del Norte, que se llama Ponferrada. Allí conocí a Amelia, la mujer de la foto que tienes delante. La misión  le ayudó a revivir. Vivía, ella,  encerrada en su casa, arropada por sus libros, el humo de sus...

Me he prometido a mí mismo no escribir historias lastimeras, pero no puedo evitar ese apartado triste. Y es que las cosas de la vida, y sobre todo de la vida del pobre, suelen llevar una gran carga de dolor. Amor y desamor, alegría y...

La Perla del Río Imaza, está ubicada, así dicen aquí, en la Selva Alta del Amazonas peruano. Es un caserío, de reciente fundación. Catorce años hace que Cástulo se abrió paso, a fuerza de machete y sudor, a través de esta selva impenetrable y peligrosa....

1º. Ser lo que somos. Cuando no somos lo que somos, no somos nada: hay que unir identidad y misión. Ni yoísmos, ni legalismos, sino experimentar los valores genuinos: Rey y Reino. 2º. Recobrar una iglesia con identidad profunda, en configuración con Cristo: porque creemos en Alguien, no...

Habíamos quedado en el parquecito, frenta a la Iglesia que dicen “la San Vicente”. Llegué mucho antes que él. Y para disculparme por la tardanza, con voz amable, me dijo: “Padrecito, ¿andaba soleándose?”. Y yo, con cara de circunstancias, le dije que sí, que ya...

  Quiero contar esta noche, la historia más bonita del mundo. Ya deberían cantar los gallos, como en los caseríos de la selva, pero aquí en Lima no hay gallos; únicamente pollos con papas fritas, y no para todos. En esta ciudad, sucia y gris, sólo...

Es ésta, una historia  que he comenzado a escribir  en tres ocasiones y que ahora espero concluir y eso porque “a la tercera va la vencida” y porque el director de Icono me ha amenazado con no dejarme llegar a viejo si no le escribo...

Agonizaba la mañana del último día de mi estancia en Perú. Tomaba, yo, fotos, como si fuera un turista japonés, de todo lo que se me ponía por delante: guardería, biblioteca, comedor… Y ahí no más, me asalta, Giovanna, la responsable del Centro Social, Perpetuo...