MISIÓN EN CHAUCHINA (GRANADA)

MISIÓN EN CHAUCHINA (Granada)
(17 de noviembre al 3 de diciembre de 2005)

Con motivo del centenario de la aparición de la Virgen junto a un espino de Chauchina, la comisión encargada de los actos jubilares acordó entre otros muchos celebrar una misión popular. Este ha sido el motivo de que el 17 de Noviembre nos hiciéramos presente en Chauchina los PP. Pedro López, Javier Recio y José Luis Marra-López.

Chauchina es un pueblo a 16 Km. de Granada en plena vega. En otros tiempos pueblo agrícola y ganadero. Hoy con la construcción del aeropuerto en su término municipal y un polígono industrial se ha convertido en una ciudad dormitorio con 5.000 habitantes.

A principios del siglo XX una religiosa escribía refiriéndose a los chauchinenses: “son –decían- uno de los pueblos peores de toda la provincia…por fútiles motivos, chillan, se pegan, llegan hasta la sangre…” Hoy día no se puede decir que esto sea cierto. Su gente es acogedora aunque difícil. Hay dinero, trabajo, y un gran sentido materialista junto a una gran frialdad religiosa. El pueblo está divido en izquierdas y derechas muy radicalizadas.

La ermita donde está la Virgen del Espino, custodiada por una comunidad de clausura de religiosas capuchinas, es el centro de toda la vida religiosa con el agravante de anular un poco a la parroquia.

Un bonito gesto a destacar es que el monasterio ha habilitado una parte para acoger una comunidad de vida activa: Las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia, que hoy por hoy son el motor y el alma de la parroquia. Ellas con algunas seglares “peinaron todo el pueblo” consiguiendo para la primera semana 27 asambleas, todas ellas pudiendo continuar si bien habrá que reducir por el escaso número de participantes en algunas de ellas.

Las Eucaristías y celebraciones contaron con un grupo entusiasta que entró en la misión. La 2ª semana marchó el P. Pedro que fue sustituido por el P. Laureano y un grupo de jóvenes de Granada.

En resumen una Misión dura más bien para minorías pero que deja un buen sabor y la esperanza de que trabajando un poco se puede revitalizar la parroquia y dar un nuevo giro a la pastoral.

José Luis Marra-López