SANTA MISIÓN 2006

“Iglesia en misión: para que tengan vida en Él”

El equipo misionero CESPLAM sigue siendo fiel a su tarea misionera tanto en España como en América Latina. El Cesplam asume un nuevo reto misionero en tierras americanas con gran interés y espíritu alfonsiano.

Hace ya tiempo que surgió la idea de desarrollar un proyecto de misión en la Diócesis de San Pedro Sula (Honduras). Después de un proceso largo de consultas y diálogos diocesanos se vio la necesidad de dar curso a muchas expectativas que la pastoral ordinaria de la diócesis tenía planteadas. En este contexto del caminar ordinario de la diócesis su obispo Mons. Ángel Garachana ha puesto en marcha el proyecto pidiendo ayuda para su coordinación y desarrollo a los misioneros Claretianos, Paules y Redentoristas junto con otros misioneros de orígenes diferentes.

Fue el P. Salvador CMF quien entre los meses de junio y agosto de 2005 dio forma efectiva al primer proyecto de misión con sus respectivos equipos y comisiones de misión. Continuando esta labor de asesoramiento y coordinación yo mismo he viajado en nombre del equipo Cesplam en los meses de octubre y noviembre.

Las tierras hondureñas ya son conocidas por el equipo Cesplam por haber participado en 1991 en otra misión diocesana y también en distintas colaboraciones misioneras en la parroquia de Ntra. Sra. De Guadalupe de La Lima. Parroquia perteneciente a esta diócesis sanpedrana. Mons. Ángel confía, pues, en nuestra capacidad de trabajo y experiencia en Honduras y otros lugares de América Latina.

La Diócesis de San Pedro Sula se encuentra geográficamente en la costa norte del país correspondiente a dos de los departamentos más poblados de Honduras, Cortés y Atlántida.

Honduras es un país con una población de casi 7 millones de habitantes. Sólo la diócesis de San Pedro Sula cuenta con más de un millón trescientos mil habitantes. Esta es la parcela de la Iglesia que quiere ser cultivada y sembrada por Dios. Una gran población distribuida en 29 parroquias. Es decir, hay parroquias que son más grandes que varias diócesis españolas. La diócesis cuenta con zonas rurales y urbanas. San Pedro es la segunda ciudad del país y capital económica con más de medio millón de habitantes.
La pobreza y otra serie de problemas sociales son alarmantes. Más del 75% de la población vive en la pobreza. Honduras es uno de los países más pobres de América Latina y del mundo. Un país especialmente castigado por la violencia, la corrupción y los desastres naturales.

La Santa Misión se desarrollará entre los meses de Mayo y Septiembre del próximo año 2006. El lema de la Misión es: “Iglesia en Misión; para que tengan vida en Él” Y el objetivo general de la misión reza así: “Anunciar a Jesucristo para suscitar y renovar la fe, madurada en comunidad, testimoniada en la vida y encarnada en nuestra realidad”.

Con cuatro objetivos específicos

• Dinamizar la dimensión misionera de la diócesis.
• Crear nuevas comunidades eclesiales que maduren, celebren la fe y aseguren el crecimiento de los procesos catecumenales.
• Descubrir y potenciar a laicos misioneros evangelizadores.
• Suscitar la fe en los alejados e indiferentes.

Se ha creado un Equipo Central de Misión con sus comisiones de logística, economía-solidaridad, evangelización-catequesis, espiritualidad-liturgia y medios de comunicación. Una gran estructura diocesana que se organiza y reproduce en las cuatro zonas diocesanas y en las respectivas parroquias y comunidades cristianas. Hay muchas personas implicadas, especialmente laicos bien formados y comprometidos. Y en esta labor estamos empeñando grandes esfuerzos en la premisión para que ellos sean realmente los protagonistas y responsables de la misión durante todo el proceso. El objetivo es que coordinen bien la misión y garanticen así la continuidad y frutos de la misión.

Cientos de personas están viviendo su fe en Jesucristo desde la Misión y para la Misión. Poco a poco se va haciendo hueco la misión ilusionando más y más a la gente.

Especial mención quiero hacer de nuestros hermanos Redentoristas de Centro América, en concreto la comunidad de la Parroquia San Antonio de Padua de la colonia Fesitrahn de San Pedro Sula. Los padres Nery Méndez, Enrique Corrales y Dimas Arce que se han implicado totalmente en el proyecto desde el mismo Equipo Central de Misión aportando su experiencia y capacidad de trabajo.

El trabajo es mucho, duro y complicado pero merece la pena viendo la ilusión que hasta la gente más sencilla pone en el proyecto.

Rezamos mucho por la misión y por eso el domingo 16 de octubre, en el Estadio Francisco Morazán de San Pedro Sula, todos los católicos de la diócesis de San Pedro Sula, por mediación del obispo Ángel Garachana, recibimos el envío de Jesús a trabajar en la Santa Misión. De un modo claro y sintético el P. Pedro Serrano nos resume las palabras de Mons. Ángel Garachana:

“No se trata de hacer proselitismo, presumiendo de que nuestra Iglesia católica es mejor y más poderosa, puesto que “los que quieran ser los primeros”, debemos tratar de “ser los últimos” y los “servidores de los hombres”. No debemos actuar como partido político ni como secta religiosa.Tampoco sería plenamente correcto anunciar un espiritualismo de sólo culto y oración, sin testimonio: de amor en la familia, de justicia en el trabajo, de solidaridad con los pobres, de unidad en la comunidad creyente, de denuncia de los abusos de los poderosos; sin aportar nuestra contribución a la realización del bien común.

Evangelizar hoy, en un pueblo tan empobrecido como el de Honduras, conforme al Concilio Vaticano II y al mandato de los obispos latinoamericanos en Medellín, Puebla y Santo Domingo, exige: animar a las gentes a la fe cristiana en Cristo Salvador y a colaborar en la justicia social a favor de los marginados. Es decir, amar a Dios y amar al prójimo, optando preferencialmente por los pobres.

La misión que debemos desarrollar, pues, es litúrgica (de culto y adoración a Dios), profética (de anuncio de Jesús Salvador) y social (de compromiso por la liberación de los oprimidos. Ello exige de los evangelizadores, primero nuestra propia conversión, así podremos tratar de animar a la conversión de los demás. No podemos separar lo espiritual de lo social, las actividades cultuales de las actividades liberadoras de los oprimidos. Evitemos el dualismo: católicos en la Iglesia y mundanos en la sociedad”

Creo que estas palabras pueden hacerte entender un poco mejor por lo que esta Iglesia está luchando, lo que persigue la Misión y las necesidades sociales y religiosas de la gente.

Con mucha humildad y esfuerzo trato de acompañar este proyecto que tantas expectativas ha creado en la diócesis. En ello me he comprometido elaborando materiales, diseñando programas, visitando las parroquias e impartiendo talleres de formación para laicos misioneros.

Deseo que todo pueda llevarse a término sin contratiempos como los que ha vivido el país entre los días 15 y 20 de noviembre azotado por la tormenta tropical Gamma. Que ha afectado especialmente a la zona norte, donde esta la diócesis de San Pedro Sula, y que ha ocasionado graves daños materiales y sobre todo humanos. Muchos destrozos en las infraestructuras, grandes areas inundadas, mucha gente refugiada y damnificada. Una vez mas la fuerza de la naturaleza se ensaña con los más pobres. Los daños ocasionados, en muchos lugares, son mayores que los ocasionados por el propio huracán Mich.

Ojalá una vez más esta humilde gente hondureña encuentre las fuerzas necesarias para seguir luchando por la vida.

Me siento afortunado, al igual que el Equipo Cesplam, por formar parte de este plan de Dios para esta Diócesis de San Pedro Sula.

Gracias de antemano a quienes ya están colaborando o van a colaborar con esta misión con su presencia y su oración.

Que Dios siga bendiciendo a la Iglesia hondureña y nuestra vocación misionera.

P. Manuel Cabello CSsR